Qué es un autónomo societario

En el mundo laboral existen diferentes formas de ejercer una actividad económica, una de ellas es a través del régimen de autónomos. Dentro de este régimen, existe una modalidad conocida como autónomo societario, que implica la creación de una sociedad mercantil para desarrollar una actividad profesional. Esta forma de trabajar presenta ciertas particularidades y beneficios, por lo que es importante conocer en qué consiste y cómo funciona.

En este artículo exploraremos qué es un autónomo societario y cuáles son las características principales de esta figura. Analizaremos los diferentes tipos de sociedades que se pueden constituir y las ventajas que ofrece esta forma de trabajar. También abordaremos los trámites y requisitos necesarios para convertirse en autónomo societario, así como las obligaciones fiscales y laborales que conlleva esta modalidad. Si estás interesado en emprender y quieres conocer todas las opciones disponibles, no te pierdas este artículo sobre el autónomo societario.

Cuál es la diferencia entre un autónomo societario y un autónomo individual

La diferencia entre un autónomo societario y un autónomo individual radica en la forma en que se estructura legalmente el negocio. Mientras que el autónomo individual es una persona física que lleva a cabo una actividad económica por cuenta propia, el autónomo societario constituye una sociedad mercantil que realiza dicha actividad.

Características del autónomo societario

El autónomo societario se caracteriza por tener una forma jurídica concreta, como por ejemplo una sociedad limitada (SL) o una sociedad anónima (SA). Esto implica que, además de ser autónomo, el emprendedor comparte la responsabilidad legal y económica de su negocio con los demás socios.

Algunas de las características principales del autónomo societario son:

1. Responsabilidad limitada: al ser una sociedad mercantil, la responsabilidad del autónomo societario está limitada al capital aportado a la sociedad. Por lo tanto, en caso de deudas o problemas económicos, los bienes personales de los socios no se ven comprometidos.
2. Mayor capacidad de financiación: al tener una estructura societaria, el autónomo societario tiene acceso a diferentes fuentes de financiación, como préstamos bancarios o la posibilidad de captar inversores.
3. Mayor credibilidad: al operar como una sociedad, el autónomo societario puede transmitir mayor confianza y credibilidad a sus clientes y proveedores, ya que se percibe como una entidad más estable y profesional.
4. Mayor capacidad de crecimiento: la estructura societaria permite al autónomo societario tener una mayor capacidad de crecimiento y expansión, ya que puede contratar empleados, abrir sucursales y establecer alianzas estratégicas.

¿Cuándo es recomendable ser autónomo societario?

La decisión de ser autónomo societario o autónomo individual depende de varios factores, como el tipo de negocio, el nivel de responsabilidad que se esté dispuesto a asumir y las necesidades de financiación.

En general, ser autónomo societario es recomendable en los siguientes casos:

• Si se espera un crecimiento rápido y se necesita financiación externa.
• Si se quiere limitar la responsabilidad personal y proteger los bienes personales.
• Si se busca transmitir una imagen más profesional y confiable a los clientes y proveedores.
• Si se planea tener empleados y expandir el negocio a largo plazo.

Ser autónomo societario implica llevar a cabo una actividad económica como parte de una sociedad mercantil, lo que ofrece ventajas en términos de responsabilidad, financiación, credibilidad y crecimiento. Sin embargo, la elección entre ser autónomo societario o autónomo individual debe realizarse en función de las características y necesidades específicas de cada negocio.

Cuáles son los requisitos para ser considerado autónomo societario

Para ser considerado autónomo societario, se deben cumplir una serie de requisitos establecidos por la ley. Estos requisitos son los siguientes:

1. Constituir una sociedad mercantil

El primer paso para ser autónomo societario es constituir una sociedad mercantil, ya sea una sociedad limitada (SL) o una sociedad anónima (SA). Es necesario realizar todos los trámites legales correspondientes para la constitución de la sociedad.

2. Ser socio de la sociedad

Para ser considerado autónomo societario, es imprescindible ser socio de la sociedad mercantil. Esto implica tener una participación accionarial o de capital en la empresa, lo cual se reflejará en los estatutos de la sociedad.

3. Realizar una actividad profesional

El autónomo societario debe llevar a cabo una actividad profesional como parte de la sociedad. Esta actividad puede ser cualquier tipo de trabajo o servicio que se realice de manera autónoma y que esté relacionado con el objeto social de la sociedad.

4. Tener control efectivo de la sociedad

El autónomo societario debe tener un control efectivo de la sociedad, es decir, debe tomar decisiones relevantes en la gestión y dirección de la empresa. Esto implica tener un poder de decisión en la toma de acuerdos y en la representación legal de la sociedad.

5. No tener una relación laboral dependiente con la sociedad

Es importante destacar que el autónomo societario no puede tener una relación laboral dependiente con la sociedad en la que participa. Esto significa que no puede tener un contrato de trabajo como empleado, sino que su relación con la sociedad debe ser como socio y profesional independiente.

6. Cotizar en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA)

Por último, el autónomo societario debe cotizar en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social. Esto implica pagar las correspondientes cuotas mensuales para tener derecho a la protección social y a los beneficios del sistema de seguridad social.

Para ser considerado autónomo societario es necesario constituir una sociedad mercantil, ser socio de la sociedad, realizar una actividad profesional, tener control efectivo de la sociedad, no tener una relación laboral dependiente y cotizar en el RETA.

Qué ventajas y desventajas tiene ser un autónomo societario

Un autónomo societario es aquel que decide constituir una sociedad para ejercer su actividad como trabajador autónomo. Esta opción presenta tanto ventajas como desventajas que deben ser consideradas antes de tomar la decisión de convertirse en un autónomo societario.

Ventajas de ser un autónomo societario:

• Responsabilidad limitada: Una de las principales ventajas de constituir una sociedad como autónomo es la limitación de la responsabilidad. En caso de deudas o problemas legales, la responsabilidad está limitada al capital social de la sociedad, protegiendo así el patrimonio personal del autónomo.
• Mayor credibilidad: Al tener una sociedad constituida, se transmite una imagen de mayor seriedad y credibilidad frente a clientes, proveedores y entidades financieras. Esto puede facilitar la obtención de contratos o financiamiento para el negocio.
• Posibilidad de contratar empleados: Al ser una sociedad, se tiene la posibilidad de contratar empleados para el desarrollo del negocio, lo que puede permitir crecer y expandirse más rápidamente.
• Tributación más favorable: En algunos casos, la tributación de una sociedad puede ser más favorable que la de un autónomo individual, permitiendo reducir la carga fiscal y obtener mayores beneficios.

Desventajas de ser un autónomo societario:

1. Costes de constitución y mantenimiento: La constitución de una sociedad implica gastos legales y administrativos que pueden ser más elevados que los de un autónomo individual. Además, se deben cumplir con ciertas obligaciones contables y fiscales que pueden generar costes adicionales.
2. Mayor burocracia: Al ser una sociedad, se deben cumplir con ciertos trámites y obligaciones legales que pueden generar mayor burocracia y complicaciones administrativas.
3. Responsabilidad solidaria: Aunque la responsabilidad esté limitada al capital social, en algunos casos los socios pueden ser responsables solidarios ante las deudas de la sociedad, lo que implica que podrían responder con su patrimonio personal.

Antes de decidir convertirse en un autónomo societario, es importante evaluar cuidadosamente todas estas ventajas y desventajas, así como buscar asesoramiento legal y financiero para tomar la mejor decisión para el negocio y el propio autónomo.

Recuerda que cada caso es único y es necesario analizar detenidamente la situación particular antes de tomar cualquier decisión.

Cómo se constituye una sociedad para ser considerada autónomo societario

Para constituir una sociedad y que sea considerada autónomo societario, se deben seguir una serie de pasos y cumplir con ciertos requisitos. A continuación, te explicaré detalladamente cómo se lleva a cabo este proceso:

Paso 1: Elección de la forma jurídica

Lo primero que debes hacer es decidir qué forma jurídica quieres darle a tu sociedad. Las opciones más comunes son la sociedad limitada (SL) y la sociedad anónima (SA). Ambas te permiten tener responsabilidad limitada y gozar de los beneficios de ser autónomo societario.

Paso 2: Redacción y firma de los estatutos sociales

Una vez elegida la forma jurídica, debes redactar los estatutos sociales de la sociedad. Estos documentos establecen las normas y reglas internas que regirán el funcionamiento de la misma. Es importante contar con el asesoramiento de un abogado especializado para asegurarse de que se cumplan todos los requisitos legales.

Paso 3: Aportación de capital social

Para constituir la sociedad, es necesario aportar un capital social. Este puede ser en forma de dinero, bienes o derechos. La cantidad mínima de capital varía dependiendo de la forma jurídica elegida. En el caso de las sociedades limitadas, el capital mínimo es de 3.000 euros, mientras que en las sociedades anónimas es de 60.000 euros.

Paso 4: Inscripción en el Registro Mercantil

Una vez redactados los estatutos y aportado el capital social, es necesario inscribir la sociedad en el Registro Mercantil. Para ello, se debe presentar una serie de documentos, como los estatutos sociales, la escritura de constitución, el certificado de aportación de capital, entre otros. La inscripción en el Registro Mercantil es fundamental, ya que es lo que da publicidad y legalidad a la sociedad.

Paso 5: Alta en Hacienda y Seguridad Social

Una vez inscrita la sociedad en el Registro Mercantil, es necesario realizar el alta en Hacienda y en la Seguridad Social. Esto implica obtener un número de identificación fiscal (NIF) para la sociedad y darse de alta como autónomo societario en la Seguridad Social. Es importante cumplir con todas las obligaciones fiscales y laborales correspondientes.

Para constituir una sociedad y ser considerado autónomo societario, se deben seguir estos pasos: elegir la forma jurídica, redactar los estatutos sociales, aportar el capital social, inscribir la sociedad en el Registro Mercantil y darse de alta en Hacienda y Seguridad Social. Es recomendable contar con el asesoramiento de profesionales especializados en derecho mercantil y fiscal para llevar a cabo este proceso de manera adecuada.